El enorme interés que tengo por
aprender lenguas diversas a mi lengua materna a lo que se une la indudable
utilidad que tiene este idioma en todos los ámbitos sociales y profesionales que ha llegado a ser definido como el 'idoma universal', es lo que me llevó en su día a empezar el largo camino por el aprendizaje de inglés.
Sin embargo con el italiano, 'mi debilidad declarada', el proceso fue lo que se definiría un auténtico flechazo. Digo flechazo por lo inesperado, casual pero intenso...Realicé el último curso de universidad en Roma tras lo cual encontré
trabajo y permanecí un segundo año como becaria. Necesitaba la lengua tanto
para trabajar como para poder desarrollar una vida social plena hasta tal punto que incluso hoy en día, de vuelta en España, solamente leo literatura italiana pero además escrita por autores italianos.
- Muestra entusiasmo lo que suscitaba interés en los alumnos.
- Infundía confianza en el grupo lo que potenciaba la autonomía de aprendizaje.
- Adaptaba las actividades al mundo, intereses y experiencias nuestras.
- Sabía cuándo y cómo corregir.
- Muy importante, fomentaba la comunicación auténtica en el aula.
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